La indignación selectiva tiene sus objetivos: humanitarismo con perspectiva política

Peleg Lewi – Embajador de Israel

Entonces, la verdadera pregunta no es sobre las cifras, sino sobre la perspectiva. ¿Por qué Gaza domina la escena internacional mientras hambrunas a gran escala —como la que se desarrolla actualmente en Sudán— apenas reciben atención? La respuesta es simple: se aplica un humanitarismo con perspectiva política.

El hambre de un solo niño ya es una tragedia, y justamente por eso la indignación selectiva resulta escandalosa. Si la comunidad internacional estuviera realmente preocupada de los asuntos humanitarios, su foco estaría en Sudán, Nigeria, Yemen y otros países donde mueren de hambre millones de personas, y no exclusivamente en la Franja de Gaza.

Mientras 249 millones de personas en el mundo pasan hambre, especialmente en África, Asia y Medio Oriente, algunos líderes e instituciones se obsesionan con Gaza, incluso si para ello hay que manipular estándares de investigación y repetir los discursos de Hamás. Esto no es preocupación humanitaria; es política.

Un nuevo ejemplo del uso ideológico de la institucionalidad internacional se acaba de repetir con un informe publicado por la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (IPC).

Este informe, que afirma la existencia de una “hambruna masiva” en Gaza, se basó en un cambio metodológico extraordinario y silencioso. En lugar de aplicar los estándares internacionales aceptados para medir la desnutrición, la IPC rebajó sus criterios, usando la circunferencia del brazo medio en vez de la relación peso-altura y reduciendo el umbral de desnutrición aguda del 30% al 15%.

Estos cambios drásticos aparecieron solo en una nota al pie de página. Sin embargo, los medios globales los trataron como hechos incuestionables, publicando titulares que responsabilizan a Israel de “matar de hambre a Gaza”.

Según ese mismo informe de la IPC, casi 24 millones de sudaneses enfrentan inseguridad alimentaria, de ellos más de ocho millones están en condiciones de emergencia y decenas de miles ya sufren hambruna. A diferencia de las cuestionadas cifras de Gaza, estos datos no son puestos en duda por nadie, pero, sin embargo, Sudán casi no recibe portadas, no provoca manifestaciones masivas en las capitales occidentales, ni genera debates urgentes en la ONU.

Entonces, la verdadera pregunta no es sobre las cifras, sino sobre la perspectiva. ¿Por qué Gaza domina la escena internacional mientras hambrunas a gran escala —como la que se desarrolla actualmente en Sudán— apenas reciben atención? La respuesta es simple: se aplica un humanitarismo con perspectiva política.

Así, Hamás ha perfeccionado el arte de convertir el sufrimiento humano en un arma política. Bloquea la ayuda, manipula datos y difunde imágenes impactantes, todo con el objetivo de aumentar la presión internacional sobre Israel.

Los generales de Sudán, en cambio, no dirigen una campaña global de relaciones públicas. No hay videos oficiales blanqueados por alguna ONG, ni estrellas de Hollywood abrazando a niños hambrientos, ni resoluciones de la ONU repitiéndose una y otra vez. Y lo más grave de todo es que millones de niños en Sudán y otros lugares continúan muriendo en silencio, no porque su sufrimiento sea menor al de Gaza, sino porque no puede ser instrumentalizado contra el Estado de Israel.

La doble vara con que se mide a Israel no es nueva. Entre 2015 y 2022, la Asamblea General de la ONU aprobó 140 resoluciones contra Israel, más del doble que contra todos los demás países juntos. Solo en 2022, Israel fue condenado 15 veces; Rusia, tras invadir Ucrania, apenas seis. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU incluso mantiene un punto permanente en su agenda, el Ítem 7, dedicado únicamente a Israel. Ningún otro país en el mundo recibe un trato similar.

Esa obsesión ahora se extiende también a la narrativa de la hambruna. Una vez más, Israel es utilizado como chivo expiatorio conveniente.

Fuente: https://www.biobiochile.cl/noticias/opinion/columnas-bbcl/2025/09/09/la-indignacion-selectiva-tiene-sus-objetivos-humanitarismo-con-perspectiva-politica.shtml